Adalberto Cervantes Rodriguez tiene un Doctorado en Administración de Empresas, es Ingeniero Industrial, Master en Contabilidad, Profesor de MBA. Trabajo en el área de Investigación en el Instituto Mexicano del petroleo.
Cuántas veces hemos
escuchado hablar de desinformación o desinformadores. Cuántas coletillas con
esta etiqueta tan versátil, multiusos y apañada según los casos de la visión de
cada cual.
La televisión está llena de
desinformación.
Y en el mundo de la conspiración unos a otros
se tildan de Desinformadores, utilizando el término con frialdad e
indiferencia.
Para empezar, si "in-formación"
fuese lo contrario de formación, ya que el prefijo "in" no deja claro
si se incluye o se excluye según los casos, podríamos llegar a pensar que
des-informar, nos puede llevar en cierto modo, a la verdad, ya que el prefijo "des",
anularía al prefijo "in", que a su vez invalida la posible idea de la
"formación".
in-cauto, in-consciente, in-validez
son lo contrario de cauto, consciente y validez.
y así podríamos seguir con
una extensa lista donde, el prefijo in, anuncia "lo contrario-de":
Y así una lista fijada por
el diccionario que asciende a la friolera de 1317 palabras.
¿Porqué extraña, absurda o
retorcida razón, el in, de in-formación, habría de ser una in-usual salvedad?
Si información es lo
contrario de formación, e informar lo contrario de formar... ¿Que nos quieren
decir en la televisión cada vez que ponen un informativo?
Pues que nos in-forman,
claro está. Justo lo contrario de FORMARNOS.
Formar, significa dar forma
en la materia, constituir o crear algo.
De-formar significa
"alterar la forma de una cosa".
In-formar, según el valor de
su prefijo, significa entonces lo contrario de lo pretendido: Es decir, hacer
lo contrario de formar. Negar la información, para ser más exactos.
Llegados a este punto,
des-informar, puede sonarnos ya un poquito mejor.
Teniendo en cuenta que, todo cuanto se ha
dicho en los in-formativos ha estado pretendiendo lo contrario, no iríamos tan
mal encaminados...
Vemos una vez más, cómo
tácitamente el ciudadano acepta la propia negación de la formación con cada
informativo, pues se lo dicen todos los días a las claras, de modo que nadie
podrá decir que "no estaba bien avisado".
Si aceptamos, sin embargo,
el término información como la "cualidad de transmitir datos útiles en la
comunicación", veríamos que poco o nada se ha estado formando a través de los
medios oficiales.
Y siguiendo esta pista aun
más en profundidad, veremos como en el universo todo cuanto existe es
información, pues todo es una creación de la mente y para el universo todo
vale; cualquier dato aportado por la mente creadora es tan válido como su
contrario.
El termino desinformar,
según este dato, carecería pues de todo sentido.
Todos informan, todos
ofrecen datos, todos los datos valen y a la vez ninguno tiene validez.
Todo son verdades a medias,
todos los opuestos son reconciliables, cita el Kybalión.
Llegará un día en que
aprendamos a dejar fluir libremente esa información, y nos quedemos con lo que
más se adapte a nuestras necesidades, sin perder el tiempo en juzgar algo que
está ahí, y puede o no ser integrado por cada cual según su albedrío; que
dejará de ser libre en tanto en cuanto rechacemos cualquier propuesta, sea la
que sea, en base a programas establecidos; convirtiendo la verdadera
oportunidad de formación, en una resistencia.
Queda claro que todo ha sido
dispuesto para ser descatalogado sin dilación y a la primera de cambio, en
cuanto se aparte de lo establecido.
Queda claro que la
confección de la información en el mundo ha formado, desde luego… pero,
¿qué ha formado?
Si lo que llamamos
desinformación ha sido el pan nuestro de cada día, y esto ha formado
resistentes programas cincelados a golpe de información, durante intensos programas
de televisión dedicados a eso, pues así se llaman, precisamente
"programas":
¿Qué le quedará al mundo
cada vez que algo se pronuncie en un sentido verdaderamente formativo?
¿Se activarán incontables
resortes como defensa del adoctrinamiento general?
¿Se confundirá la formación
con la in-formación o la desinformación, porque así ha sido trampeado para el
inconsciente colectivo desde los albores de la humanidad?
Dejamos estas cuestiones
para la reflexión…
No informen, porque
desinforman. No deformen, porque informan, No intenten formar, porque todos
dudarán de todo cuanto se dice...
Menos en la tele, que ahí
sí, la formación continúa siendo un rotundo éxito.
Como propuesta, desde
TriPulantes apostamos por una formación liberada de programas y cadenas
ancestrales.
Por un mundo donde cambiemos
la desinformación por el derecho a equivocarnos; por la NECESIDAD DE
EQUIVOCARNOS.
Pues toda la verdad será
vista a la luz del día, mientras los unos apuesten por los otros, en una consideración
flexible como nunca se ha visto.
Por la formación de un mundo
preñado de desinformadores.